Relación entre DigCompEdu y DigComp2.1
Tanto el DigComp 2.1 (en su versión inicial DigComp) como el DigCompEdu nacen de las necesidades de crear marcos de referencia que sirvan a todos los ciudadanos en general y a los europeos en particular. Por esta razón, la Comisión Europea dentro de las 8 competencias clave para el aprendizaje permanente, eligió la Competencia Digital como una de ellas, definiéndola como: “La competencia digital implica el uso seguro y crítico de las Tecnologías de la Sociedad de la Información (IST) para el trabajo, ocio y la comunicación. Se basa en las competencias básicas de las TIC: el uso de ordenadores para obtener, evaluar, almacenar, producir, presentar e intercambiar información y comunicarse y participar en redes de colaboración a través de internet”.
Desde hace unos años, la tecnología tiende a introducirse en todas las áreas de nuestras vidas, por esta razón, es absolutamente necesario crear herramientas para calcular el impacto de esto en nuestras vidas y especialmente los marcos referenciales para poder evaluar el conocimiento que tenemos de la materia y saber en qué dirección tenemos que continuar para poder avanza.
Por estas razones, hoy en Europa, el punto de referencia se ha convertido en DigComp, un marco desarrollado en 2013 y actualizado primero en 2016 y actualizado más adelante también, DigComp indica la competencia digital para los “ciudadanos”.
Más tarde nació el DigCompEdu, que propone definir las habilidades digitales necesarias para la enseñanza, lo que indica que habilidades digitales deberían tener los maestros.
DigComp 2.1, la última versión de DigComp, sirve como marco de referencia para entidades, administraciones y profesionales que trabajan en el campo de la capacitación relacionada con el uso de las tecnologías. La última versión de este documento está adaptada a los avances digitales, discutiendo temas transversales como la seguridad y la resolución de problemas y otros más comunes como la generación de contenido, la interacción a través de herramientas digitales o la comunicación simple. Todos ellos incluyen competencias diferenciadas (un total de 21) que se definen a través de 8 niveles de aptitudes, ya que las dos primeras versiones de DigComp (1.0 y 2.0) tenían solo 3 niveles de aptitudes.
La figura del educador requiere un conjunto de habilidades cada vez más amplio. Confiar cada vez más en dispositivos digitales y el deber de ayudar a los estudiantes a ser digitalmente competentes, requiere maestros muy expertos en la materia.
En conclusión, debe tenerse en cuenta que la competencia digital va mucho más allá del uso habitual que hacemos de nuestro dispositivo móvil u ordenador, e implica un uso creativo, crítico y seguro de las tecnologías y la comunicación, con el fin de lograr los objetivos laborales, empleabilidad, aprendizaje, tiempo libre, inclusión y la participación en la sociedad, y por lo tanto, requieren conocimientos relacionados tanto con el lenguaje específico de estas tecnologías como con ciertos patrones de comportamiento, incluida la programación. Sobre todo, teniendo en cuenta el uso que deberían dar los educadores. Todo esto implica el control de las principales aplicaciones informáticas, el acceso a fuentes seguras y el conocimiento de los derechos y libertades que ayudan a las personas en el mundo digital.