¿Por qué usarla?
Un libro para promover y crear conciencia sobre la Pedagogía digital podría ser una elección sorprendente; pero piénsalo: preocuparse por hacer una buena comida para hacer felices a amigos y familiares es algo que tenemos en común y que ha unido a personas durante siglos.
Abordar este conceptual tema en forma de receta es una forma innovadora de hacerlo más entretenida y accesible para todos. Además, la estructura de la receta en sí es muy adecuada para explorar el potencial y valor añadido de las aplicaciones digitales en el material de enseñanza, al igual que el ingrediente secreto que hizo que el pastel de manzana de la abuela fuese tan especial.
La metáfora de la receta también es un intento de reducir la “ansiedad del ordenador” que algunos educadores y formadores pueden experimentar evitando que mejoren sus prácticas de enseñanza. Por un lado, el conjunto de herramientas proporciona una base conceptual para comprender qué es la pedagogía digital (capítulo 1) e incluye una revisión de aplicaciones interesantes y fáciles de usar disponibles online (capítulo 10). Por otro lado, el libro propone una selección de recetas de enseñanza donde algunas de estas aplicaciones se han agregado como “ingrediente digital” para demostrar cómo pueden mejorar la experiencia de aprendizaje. Estos dos manuales son complementarios y están destinados a darles a los educadores y formadores confianza para comenzar a implementar la Pedagogía digital con sus estudiantes.
Existen otras similitudes entre el trabajo de un chef y el trabajo de un profesor: a pesar de los diplomas y certificados, ambos obtienen la mayor parte de sus conocimientos y habilidades después de largas horas en la cocina o las aulas. Cada receta se refiere a la escala de progresión de DigCompEdu (Capítulo 5) que ayuda a los educadores a autoevaluar su nivel de competencia en Pedagogía digital (Capítulo 8) y a elegir el “ingrediente digital” apropiado.
No solo fomenta el aprendizaje, sino que también da la oportunidad a los profesores de desarrollar aún más sus competencias digitales y crear su propia receta (Capítulo 6-7) según su materia de enseñanza. Además de referirse al DigiCompEdu, el kit de herramientas también presenta una revisión de otros esquemas de evaluación de competencias digitales que operan a nivel nacional o europeo (Capítulo 9) para maestros y formadores interesados en obtener certificados y reconocimientos adicionales.
Finalmente, las recetas de cocina permanecen con el tiempo porqué a los amigos y familiares les gusta compartirlas, comentarlas y adaptarlas. Además de estos dos manuales; se crearán comunidades de práctica online donde los profesores podrán compartir sus nuevas recetas, hacer intercambios…etc. Estas comunidades también incluirán recursos adicionales (documentos de políticas, videos que enseñan técnicas, etc) y darán oportunidades para un mayor aprendizaje a través de las redes sociales.
Se espera que extender la metáfora de la receta a diferentes medios puede crear un gran interés sobre la pedagogía digital dentro de los círculos de profesores y formadores. El juego de herramientas también enfatiza el potenciar de transferibilidad de la metáfora de la receta al tiempo que establece un claro paralelismo entre las habilidades digitales aplicadas por un maestro en su clase y las habilidades digitales generales que necesita cualquier ciudadano en nuestra moderna sociedad y se establece en el Marco de la Competencias para Ciudadanos (Capítulo 4).